agencia efeWashington
Los abogados del Departamento de Justicia y de Alphabet, la matriz
de Google, iniciaron este jueves dos dÃas de argumentos finales en
el juicio federal contra la empresa, acusada de prácticas monopolÃsticas para
dominar con su motor de búsqueda en internet.
El caso
comenzó a finales de la presidencia de Donald
Trump (2017-2021), cuando el Departamento de Justicia y 11 estados
acusaron a la empresa por prácticas monopólicas. Desde entonces ha subido a 35
la cifra de los que se han sumado en la querella legal.
Los fiscales sostienen que Alphabet ha pagado anualmente decenas
de millones de dólares a distribuidores de servicio inalámbrico, los técnicos
que desarrollan buscadores y los fabricantes de artefactos digitales para
suprimir a las empresas que puedan competir con Google como herramienta de
búsqueda, o navegadores, en internet.
Según
documentos del juicio hechos públicos, Google llegó a pagar 20.000 millones de
dólares solo en 2022 para que su buscador fuera la opción por defecto en los
iPhone y en el navegador de Safari.
Acuerdos similares han puesto al buscador de Google como la
configuración por defecto en aparatos con el sistema operativo Android (creado
por Google) y en el navegador Mozilla.
El abogado de Google John Schmidtlein argumentó este jueves
que Google gana en ese tipo de acuerdos porque "tiene un mejor producto y
por eso no daña a la competencia", mientras que la FiscalÃa considera que
sà lo hace y que al desplazar a sus competidores en diferentes plataformas
perpetúa su monopolio.
La acusación
argumenta que, además de dominar el mercado de navegadores, desde su fundación
en 1998, Google ha monopolizado la publicidad en los buscadores forzando a las
empresas de mercadeo a usar sus productos al tiempo que aumentaba los precios.
Los usuarios pueden cambiar la configuración por defecto,
pero es un proceso que requiere varios pasos para mudarse a buscadores como DuckDuckGo o Bing.
El juez Amit Mehta, que preside el juicio iniciado en
septiembre pasado, ha señalado que Microsoft reconoció que no invirtió lo
suficiente en el desarrollo de su propio buscador.
"No es
algo que vaya contra la competencia el hecho de que Google fue suficientemente
astuto como para subirse al tren de los artefactos móviles antes que Microsoft", indicó el magistrado.