Si
se quieren cumplir los objetivos del Acuerdo de París y evitar los peores
efectos de la crisis climática, el mundo debe abandonar los combustibles
fósiles lo antes posible, declaró hoy Selwin Hart, asesor especial del
Secretario General de la ONU para la Acción Climática.
"No hay ninguna duda en
torno a los datos científicos. Pero, por supuesto, los países en desarrollo,
especialmente los más pobres, necesitarán ayuda para
efectuar una transición encaminada a un futuro de energía renovable",
explicó.
Hart, nacido en la pequeña
nación insular de Barbados y antiguo negociador durante varias Conferencias
Climáticas de la ONU, subrayó que la atención debe centrarse en ayudar a
eliminar las barreras a las que se enfrentan los países en desarrollo para
acelerar su transición a las energías renovables.
"Por ejemplo, su coste.
Las inversiones en energías renovables, por su naturaleza, precisan mucho
dinero. El 80% de la inversión hay que hacerla por adelantado, ya que hay que
comprar los paneles solares y el almacenamiento de las baterías y la
instalación, y eso es costoso", destacó.
La financiación ha de ir a la
transición energética, no a los combustibles fósiles
A modo de
ejemplo, el experto comparó las injustas condiciones a las que se enfrentan los
países del mundo en desarrollo cuando se trata de la transición
energética.
"Voy
a comparar Argelia con Dinamarca. Dinamarca tiene uno de los menores
potenciales de energía renovable [mientras que] el potencial de Argelia es
probablemente 70 veces mayor. Pero Dinamarca tiene siete veces más
paneles solares que Argelia. La razón es su coste", explicó,
refiriéndose a la rentabilidad que esperan quienes aportan capital a las
empresas.
A juicio
de Hart, la movilización de los billones de dólares necesarios para realizar la
transición energética debería ser el centro de atención, en lugar de invertir
capital en nuevos proyectos de combustibles fósiles, lo que considera un riesgo
real que podría conducir a la inversión en activos abandonados o a la
transmisión de deudas a las generaciones futuras.
"Los
combustibles fósiles son un callejón sin salida, como ha dicho un Secretario
General (...) Tenemos que incrementar el despliegue de las energías renovables
hasta alcanzar aproximadamente el 60% de la capacidad energética global
en el transcurso de los próximos ocho años, lo que significa
aproximadamente triplicar la capacidad de instalación en el transcurso de esta
década", añadió.
Un
escenario más que probable ya que el mundo ha triplicado su capacidad de
energía renovable en la última década.
"Sólo tenemos que repetirlo en esta década. La tecnología existe, la financiación también. Sólo hay que implantarlas en el lugar adecuado, donde están las emisiones y donde está el crecimiento de la población y la demanda de energía", instó.