La Organización
Internacional del Trabajo (OIT) informó este lunes que el mundo
registró un déficit de 112 millones de puestos de trabajo de
tiempo completo en el primer trimestre de 2022 en relación con los últimos tres
meses previos a la pandemia de COVID-19 (octubre a diciembre de 2019).
Después de avances
significativos durante el último trimestre de 2021, el número de horas
trabajadas a nivel global se redujo en los primeros tres meses de
2022 a un 3,8% por debajo del índice prepandémico, especifica el organismo en
su informe Monitor del Mundo del Trabajo.
La OIT atribuye el
retroceso a la combinación de las crisis que asolan al mundo con las
crecientes desigualdades tanto al interior como entre los países.
La inflación,
la turbulencia financiera, el endeudamiento excesivo y la interrupción
de la cadena de suministro mundial son algunas de las crisis interconectadas
que afectan los mercados de trabajo y más aún, presagian un mayor deterioro en
los próximos meses, advierte.
El estudio
considera que la guerra en Ucrania ha
exacerbado el panorama laboral de por sí complejo más allá de las
fronteras de los actores de la conflagración.
Desigualdad pronunciada
Destaca también la
pronunciada desigualdad que hay entre la recuperación del trabajo en los países
pobres y ricos.
Mientras que las
economías de renta alta mostraron una recuperación en las horas trabajadas, las
de renta baja y media baja sufrieron reveses en el primer
trimestre del año con una baja de 3,6% y 5,7%, respectivamente, en comparación
con el punto de referencia anterior a la crisis, y con el riesgo de empeorar.
La OIT señaló que
esto se agrava ya que en algunos países la situación fiscal precaria a
causa de la crisis derivada de la pandemia sumada la dudosa sostenibilidad de
la deuda provocan la incertidumbre en las empresas y dejan a los trabajadores
sin acceso suficiente a la protección social.
FAO/Giuseppe Bizzarri Trabajadores en el puerto de Dar Es Salaam, en Tanzania, cargan sacos de trigo en un camión.
Afectaciones
Entre los
principales retrocesos del mundo laboral que se mantienen vigentes más de dos
años después del inicio de la pandemia, el informe lista:
- El 75%
de los trabajadores no ha recuperado los ingresos que tenía antes
de la contingencia sanitaria
- La brecha
de género en horas trabajadas se acentuó durante la pandemia,
sobre todo en los países de ingresos bajos y medios. Las mujeres con
empleo informal han sido las más afectadas
- En
los países industrializados se produjo un aumento en la creación de empleo
y se registraron más puestos vacantes que personas buscando trabajo,
mientras que en muchas naciones hay mucho desempleo y mano de obra
subutilizada
- Las
interrupciones en la producción y el comercio acentuadas por la guerra en
Ucrania han producido un alza de los precios de los alimentos y
las materias primas, perjudicando gravemente a las familias pobres y
las pequeñas empresas, especialmente en la esfera de la economía informal
Medidas para la recuperación
Para el director
general de la OIT, “el impacto sobre los trabajadores y sus familias,
especialmente en el mundo en desarrollo, será devastador y
podría traducirse en un problema social y político”.
Por ello, aseveró
Guy Ryder, es más esencial que nunca impulsar una recuperación centrada
en las personas.
De acuerdo con la
OIT, esa recuperación requeriría medidas entre las que se cuentan:
- Apoyo
oportuno y eficaz para mantener el poder adquisitivo de
los ingresos laborales y el nivel de vida general de los trabajadores y
sus familias
- Diálogo
tripartito urgente para implementar ajustes salariales justos,
fortalecer los sistemas de protección social, y apoyar los ingresos y la
seguridad alimentaria cuando sea necesario
- Ajuste
de las políticas macroeconómicas para que aborden las presiones
relacionadas con la inflación y la sostenibilidad de la deuda mientras
impulsan una recuperación inclusiva y rica en empleo
- Asistencia
a los grupos y sectores más afectados, con énfasis en los trabajadores vulnerables
y en los que transitan de la economía informal a la formal
- Políticas sectoriales bien diseñadas y de largo plazo que promuevan la creación de empleos decentes y verdes, apoyen la sostenibilidad y la inclusión, y ayuden a las empresas, particularmente a las micro, pequeñas y medianas.