El subsecretario general adjunto de la ONU y director degional de América Latina y el Caribe, Luis Felipe López-Calva, analiza en este artículo* cómo las medidas de contención del virus afectan más a las personas más vulnerables en nuestra región:

Después de un largo año de pérdidas y dificultades producidas por las múltiples crisis de la pandemia, la tan esperada llegada de las vacunas COVID-19 prometía la esperanza de finalmente poner fin a este difícil capítulo de nuestra historia. De hecho, la increíble colaboración de científicos con actores del sector público y privado ha logrado la gran hazaña de desarrollar, testear y aprobar vacunas en un tiempo récord. Sin embargo, aunque hemos superado este primer obstáculo técnico, la carrera contra el virus está lejos de terminar.
Ahora que tenemos la tecnología para desarrollar las vacunas, también debemos asegurarnos de que tenemos la capacidad fiscal para comprarlas, la capacidad de fabricación para producirlas, la capacidad logística para entregarlas y la capacidad administrativa para administrarlas, y para asegurar que estos esfuerzos conduzcan a la vacunación equitativa de las personas en todas partes.
Antes de que los países puedan comenzar a administrar las dosis de la vacuna, primero deben comprarlas a las empresas que las han desarrollado. Utilizando datos (al 30 de enero de 2021) del Duke Global Health Innovation Center’s Launch and Scale Speedometer que ha estado agregando datos disponibles públicamente sobre contratos de adquisición de vacunas por país y empresa, vemos que a través de Compromisos de Mercado Avanzados, los países más ricos han podido reservar la mayoría de las dosis de las vacunas (cubriendo sus apuestas a través de una gama de posibles vacunas candidatas).
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En comparación con los países más ricos, la mayoría de los países de América Latina y el Caribe (con la excepción de Chile) no han podido asegurar suficientes vacunas potenciales para cubrir a toda su población, un hecho que se vuelve más marcado cuando esas compras se restringen solo a las vacunas que están actualmente autorizadas.
En este momento, dentro de los países más desarrollados, solo Canadá y el Reino Unido han comprado suficientes vacunas autorizadas a nivel nacional para poder administrar dos dosis a cada persona. Dentro de la región de América Latina y el Caribe, esto es cierto solo para Chile. Sin embargo, esta situación cambia a diario, ya que los países continúan negociando nuevos contratos de compra y se aprueban más vacunas para cumplir con los estándares de autorización nacionales.
Luis Felipe López-Calva, director regional del PNUD en América Latina y el Caribe.
El verdadero coste de las vacunas
Es importante señalar que la compra de vacunas no es solo una cuestión del costo inicial de las dosis. Las negociaciones de contratos requieren muchos acuerdos desafiantes, incluida la asignación del riesgo con respecto a la responsabilidad por los efectos secundarios de la vacuna (¿recaerá en los gobiernos nacionales o las empresas farmacéuticas?) Así como la forma en que se contratarán las empresas de logística para los servicios de entrega (¿qué empresas se considerará que cumplen los requisitos técnicos para el transporte de las vacunas?).
Por último, la capacidad de comprar grandes reservas de vacunas por adelantado garantiza que los países más ricos tengan un acceso más temprano a las vacunas, dada la limitada capacidad de fabricación mundial para producirlas (aunque en particular, Argentina, Brasil y México han firmado contratos para fabricar vacunas en la región).
Producir vacunas para todos puede llegar hasta 2023
Las estimaciones predicen que puede llevar hasta finales de 2023 producir suficientes vacunas para todo el mundo. Para combatir este enorme desafío de la equidad, los mecanismos globales como COVAX (liderados por la Alianza de Vacunas GAVI, la Organización Mundial de la Salud y la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations están desempeñando un papel fundamental en la expansión del acceso para los países más pobres, y la mayoría de los países de la región de América Latina se han sumado a esta iniciativa.
COVAX notificó recientemente a cuatro países de la región (Bolivia, Colombia, El Salvador y Perú) que formarán parte de la “primera ola” de distribución de dosis (recibiendo en conjunto un total de 377,910 dosis, que se espera que lleguen a mediados de febrero).
Otras organizaciones, como fundaciones benéficas, también están proporcionando fondos para ampliar el acceso; en América Latina, por ejemplo, la Fundación Carlos Slim negoció un acuerdo con AstraZeneca para proporcionar 150 millones de dosis de vacunas a países latinoamericanos (con la excepción de Brasil).