Las autoridades taiwanesas comenzaron a inspeccionar a los pasajeros en vuelos directos desde Wuhan, donde se identificó el virus por primera vez, el 31 de diciembre de 2019, cuando el virus era principalmente objeto de rumores e informes limitados.

Todo esto sucedió antes de que Wuhan se cerrara el 23 de enero. En marzo, Taiwán prohibió a todos los extranjeros ingresar a la isla, excepto a los diplomáticos, residentes y aquellos con visas de entrada especiales.
Taiwán prohibió a los residentes de Wuhan viajar a la isla. Todos los pasajeros que llegaban de China continental, Hong Kong y Macao debían someterse a un control.
Taiwán nunca ha tenido que promulgar confinamientos estrictos. Tampoco recurrió a restricciones drásticas a las libertades civiles.