Israel flexibilizo las restricciones de movimiento de sus ciudadanos, a partir de hoy pueden alejarse a más de un kilómetros de su casas y permitió la reapertura de centros de trabajo sin público y algunos comercios con un solo cliente.

Un mes tenia Israel con estas medidas, a partir de ahora, comienza a aliviarse el cierre nacional, que será progresivo y lento.
La actividad económica y comercial se mantendrá operativa parcialmente. Los restaurantes pueden desde hoy servir comida para llevar, los parques nacionales vuelven a abrir sus puertas y las pensiones (B&B) pueden alojar a personas del mismo núcleo familiar.
El aeropuerto internacional de Ben Gurión continuará prácticamente cerrado, pero el Gobierno aprobó el retorno de los israelíes varados en el extranjero desde antes del 25 de enero, cuando se limitaron los vuelos a casos humanitarios y de urgencia.
La desescalada comenzó tras varios retrasos por la alta morbilidad en el país, que sigue registrando tasas de positivos de más del 9%, y puesta la confianza en la avanzada campaña de vacunación.
Cerca de 3,5 millones de residentes han recibido la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 y más de dos millones la segunda aunque en la última semana se ha reducido el ritmo de vacunación y las autoridades animan a los ciudadanos a inocularse.
Este domingo, el Gabinete israelí debate la posible reactivación de la educación prescolar.