En la COP16, la cumbre de biodiversidad de Naciones Unidas más concurrida de la historia, António Guterres, secretario general de la ONU, advirtió sobre una "crisis existencial" que amenaza el equilibrio de la naturaleza. Frente a cientos de delegados, Guterres destacó que cada minuto se arroja el equivalente a un camión de desechos plásticos en cuerpos de agua como océanos, ríos y lagos.
La conferencia tiene como objetivo establecer métodos para financiar y supervisar el cumplimiento de las 23 metas de conservación definidas en Canadá hace dos años. En este evento, los 196 países del Convenio sobre Diversidad Biológica están discutiendo cómo lograr los objetivos acordados en el pacto de Kunming-Montreal, como la protección del 30% de las áreas terrestres y marinas para 2030, la reducción del uso de pesticidas y el freno de especies invasoras. A la vez, buscan reunir 200.000 millones de dólares anuales para estos fines.
La cumbre, que finaliza el viernes, enfrenta tensiones entre países desarrollados y en desarrollo, principalmente por temas de financiamiento. Las posturas reflejan la urgencia de estos acuerdos: el presidente colombiano, Gustavo Petro, abogó por una ruptura con el capitalismo y los combustibles fósiles, describiendo la situación actual como "peor que el apocalipsis". En contraste, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, mantuvo un enfoque menos alarmista, señalando su preocupación por la violencia en su país y la necesidad de preservar la seguridad de las personas.
En el contexto mundial, solo el 17,6% de la superficie terrestre y el 8,4% de áreas costeras y oceánicas están protegidas, según el informe *Protected Planet*. Asimismo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza reveló que más de un tercio de las especies de árboles corren riesgo de extinción, afectando recursos como madera, combustibles, alimentos y medicinas. La COP16, con asistencia récord de 23.000 delegados, ha impulsado el perfil político de la cumbre, según Susana Muhamad, ministra de Ambiente de Colombia y presidenta del evento.
No obstante, aún se requieren mayores fondos. A la fecha, los países han
aportado 400 millones de dólares al Fondo Marco Mundial para la Biodiversidad,
aunque el acuerdo exige movilizar 200.000 millones anuales hasta 2030, con
20.000 millones provenientes de naciones ricas a partir de 2025.