ARCHIVO - Migrantes haitianos atraviesan
partes de agua al pasar por el Tapón del Darién desde Colombia a Panamá en su
larga y compleja ruta para llegar hasta Estados Unidos, el 9 de mayo de 2023.
Colombia y Panamá están fallando en dar protección a los miles de migrantes que
cruzan la peligrosa jungla del Darién, como paso previo para avanzar hasta
Estados Unidos, y que están más expuestos a los asaltos y la violencia sexual,
de acuerdo con un informe de la organización Human Rights Watch publicado el 3
de abril de 2024. (AP
Foto/Iván Valencia, Archivo)
(Ivan Valencia / Associated Press)
BOGOTÁ,
Colombia —
BOGOTÁ, Colombia (AP) —
Colombia and Panamá no protegen a cientos de miles de migrantes que cruzan la
selva del Darién camino de Estados Unidos, y que se han vuelto cada vez más
vulnerables a los robos y la violencia sexual, según un reporte publicado el
miércoles por Human Rights Watch.
La organización pidió a los
dos países que nombren funcionarios de alto nivel para coordinar la respuesta a
la crisis humanitaria que se desarrolla en el Darién y recomendó que sus
gobiernos colaboren para mejorar la seguridad y asegurar más asistencia de
grupos internacionales.
“Sea cual sea el motivo de
su viaje, los migrantes y solicitantes de asilo que cruzan el Tapón del Darién
tienen derecho a condiciones mínimas de seguridad y al pleno respeto de sus
derechos humanos durante el viaje”, aseguró Juanita Goebertus, directora de la
División de las Américas de Human Rights Watch, en un comunicado antes de la
publicación del reporte.
Goebertus también pidió al gobierno panameño que
reconsidere una decisión reciente de suspender la autorización de Médicos Sin
Fronteras, una organización benéfica médica, para operar en su territorio.
“Restringir el trabajo de MSF es exactamente lo
contrario a lo que se necesita para abordar la situación en el Tapón del
Darién”, señaló Goebertus.
Las recomendaciones de HRW se publicaban mientras
cifras récord de migrantes cruzan la selva del Darién en su camino a Estados
Unidos.
En torno a la mitad de las personas que hicieron el
peligroso viaje eran venezolanos que huían de la crisis política y económica de
su país. Se sumaban a decenas de miles de migrantes de Ecuador y Haití, así
como a unos 4.000 refugiados afganos.
El camino por la jungla puede durar de tres a cinco
días, y los migrantes pagan cientos de dólares a guías y contrabandistas para
que les lleven por caminos embarrados y traicioneros cruces de ríos. Docenas de
personas se han ahogado.
En su reporte más reciente, HRW señaló que el gobierno
colombiano debería asegurarse de que la fiscalía “investiga el papel del Clan
el Golfo en el traslado de migrantes y solicitantes de asilo al otro lado del
Tapón del Darién”. También instó a Colombia a incrementar la presencia del
estado en la zona y dedicar más recursos a agencias que investigan los ataques
contra los migrantes.
“Los delitos contra migrantes y solicitantes de asilo
en el Tapón del Darién, incluyendo recurrentes casos de violencia sexual,
normalmente no son investigados ni castigados”, dice el informe. “La rendición
de cuentas por estos abusos es poco frecuente, debido a una combinación de
recursos y personal limitados, la falta de una estrategia de investigación
penal para estos casos y la escasa coordinación entre las autoridades
colombianas y panameñas”.
En su reporte del miércoles, HRW instó a Panamá a
permitir que MSF y otros grupos humanitarios operen en el país sin
“restricciones inapropiadas”. También acusó al gobierno panameño de aplicar
medidas que limitan el movimiento de los migrantes.
Panamá sigue una política llamada de “flujo
controlado” según la cual los migrantes que cruzan el Darién pueden entrar en
su territorio y son alojados brevemente en dos campamentos, donde pueden pagar
para subir a autobuses que los llevan directamente a Costa Rica, el siguiente
país en la ruta a Estados Unidos.