Higüey, RD.-Fue dejada en libertad este miércoles Jeisy Berenice Espinal, esposa de John Kelly Martinez vinculado en la muerte de la adolescente Esmeralda Richiez así como Frank Eligió Paniagua, quien compró el vehículo del maestro
Espinal,
quien también es educadora, y Paniagua estaban detenidos desde el pasado
martes, con la orden de conducencia No. 00861-2023, señalados por el Ministerio
Público como cómplices de homicidio y de ocultar evidencias recuperadas, que
forman parte de la investigación.
El órgano
persecutor los había acusado de haber ocultado las evidencias, a sabiendas de
que forman parte del delito, y que tenían el conocimiento de que estas estaban
siendo solicitadas por el Ministerio Público, en violación a los artículos 59,
60, 265, 266, 295, 304 y 331 del Código Penal dominicano, en perjuicio de
Eligio Richiez Castillo e Isabel Martínez Richiez, padres de la menor
fallecida.
La
entidad iba a solicitar que este día se conociera medida de coerción, para que
el tribunal estimase sobre la responsabilidad penal que pudieran tener los
ciudadanos.
Jeisy
Espinal fue señalada de presuntamente vender el carro donde el detenido Jhon
Kelly Martínez se trasladó el pasado domingo 12 de febrero, junto a Esmeralda
Richiez, otras menores y su sobrino, hacia una playa de Bávaro, provincia La
Altagracia.
El
vehículo fue comprado por Paniagua, por la suma de 850 mil pesos.
Posteriormente, lo entregó de manera voluntaria el pasado jueves 16 de febrero,
ya que el Ministerio Público tenía una orden de allanamiento.
El
abogado Modesto Castillo, defensor del maestro detenido y Espinal, detalló que
el Ministerio Público no solicitó la imposición de prisión preventiva como
medida de coerción, ya que no contaban con suficientes elementos que
incriminaran a sus defendidos.
En tanto
que Felipe Castillo, presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP)
en Higüey, indicó que la maestra se despachó a su casa a las 2:00 de la tarde
de este miércoles, porque lo que necesita es ayuda y apoyo de las autoridades,
ya que tiene hijos pequeños. Por Mayerlin
Martínez