Los
microchips se han convertido en uno de lo recursos más preciados en el mundo.
Es difícil imaginar que
dentro de un edificio corporativo normal y corriente, con mucho cristal y
acero, se fabrica la máquina que puede que sea actualmente la más preciada en
el mundo.
Por
algo la tecnología detrás de ella está en el centro de una feroz carrera en la
que compiten Estados Unidos y China para tratar de ser la superpotencia
dominante del futuro.
La
fábrica se encuentra en el sur de Países Bajos y pertenece a ASML, una compañía
que se ha convertido en la tecnológica más valiosa en Europa.
¿Qué es lo que produce? Diseña y fabrica las
máquinas que producen los microchips informáticos, pero no unos microchips
cualquiera.
Son máquinas que fabrican los microchips más avanzados del mundo y ASML es la única empresa en el planeta que cuenta con ese
tipo de tecnología.
Esta es la planta en la que se fabrican las máquinas que han convertido
a ASML en la más valiosa de Europa.
Esta es la planta en la que se fabrican las máquinas que
han convertido a ASML en la más valiosa de Europa.
Este monopolio efectivo significa que el funcionamiento exacto de las
máquinas de ASML está sujeto a algunas de las medidas de seguridad empresarial
más estrictas del mundo.
Lo que no evitó que nos permitieran visitar su planta y nos explicaran
los conceptos básicos de lo que hacen y cómo lo hacen.
La importancia del tamaño
Los microchips se fabrican construyendo complejos patrones de
transistores, o interruptores eléctricos en miniatura, capa a capa, sobre una
diminuta superficie de silicio.
Se imprimen mediante un sistema litográfico en el que se proyecta luz a
través de un plano del patrón de esos interruptores en miniatura.
A continuación, la luz se encoge y enfoca mediante una óptica avanzada y
el patrón se graba en una especie de oblea de silicio fotosensible.
Ese patrón forma el circuito de un microchip de silicio, que puede
acabar en un ordenador, un teléfono o cualquier otro dispositivo eléctrico.
El objetivo es tratar de hacer el mejor y más eficiente
microchip a escala, y cuanto más pequeño mejor.
Aquí es donde entra el elemento diferenciador de las máquinas más
avanzadas de ASML, que pueden trabajar a escalas minúsculas generando luz
ultravioleta extrema superfina, de sólo 13,5 nanómetros.
Estamos hablando de líneas más finas que un pelo humano, que están entre
los 50 y 100.000 nanómetros.
Sander Hofman, de ASML, lo compara con el uso de bolígrafos con puntas
diferentes.
"Debido a la pequeña longitud de onda, ahora básicamente se está
utilizando un trazador muy fino para dibujar estas líneas de circuitos
integrados, en lugar de las máquinas de la generación anterior que utilizan,
quizás, un rotulador", dijo Hofman.
La capacidad de grabar el silicio con circuitos tan finos permite
introducir más componentes en el silicio, lo que, a su vez, significa que los
dispositivos electrónicos pueden tener más capacidad de procesamiento y más
memoria, manteniendo el mismo tamaño.
Máxima pulcritud
Las máquinas funcionan en el vacío, ya que todo el proceso de producción de un microchip se podría arruinar por la más mínima impureza, como una partícula de piel.
La limpieza a su máxima expresión es fundamental para la producción de microchips.
Cuando
visitamos la fábrica, el técnico Bram Matthijssen estaba montando uno de los
últimos diseños de ASML en el que parecía ser uno de los ambientes más limpios
del planeta.
"Hay
momentos en los que tenemos que ponernos guantes sobre guantes para asegurarnos
de que no dejamos ninguna huella dactilar, y así tener la garantía de que no
metemos polvo de más en la máquina", contó Matthijssen.
"Una
sola huella dactilar... puede causar daños importantes en la máquina",
enfatizó.
Las
máquinas son muy grandes y complejas. Una máquina de ultravioleta extrema (EUV)
puede tardar un año en montarse y entregarse.
En 2022,
la empresa entregó sólo 50 de su modelo de mayor especificación y 400 máquinas
en total.
Ventas,
que sumado a los ingresos procedentes de la gestión y mejora de las máquinas
existentes, hicieron que ASML obtuviera unos US$22.700 millones el año pasado.
Los
pedidos que tienen en cartera duplican esa cifra. Y ese crecimiento de las
ventas se traduce en un aumento de la plantilla, que se ha incrementado en un
tercio en los últimos 12 meses.
"Relativamente poco conocida"
Wayne
Lam, consultor de la empresa de investigación tecnológica CCS Insights, afirma
que las máquinas que fabrica ASML tardan años, o
incluso décadas, en desarrollarse y perfeccionarse.
Un
ejemplo son sus máquinas de mayor especificación en las que ASML lleva
trabajando desde principios de la década de 2000, lo que deja a otras empresas
del sector con bastante trabajo por hacer.
"Estoy
seguro de que hay competidores en ciernes... sin embargo, a corto plazo
no hay ningún verdadero competidor de ASML", afirma.
No está
mal para una empresa a la que la BBC describió en una ocasión simplemente como
"relativamente poco conocida", una cita que Hoffman colocó en una
sudadera. Fuente BBC News Mundo