MPP/OMS/Rodger Bosch Técnicas trabajando en el centro de transferencia de tecnologÃa ARNm en Sudáfrica..
Aunque
muchas personas no vean su necesidad porque las vacunas no sean especialmente
efectivas en impedir la infección o la transmisión de la enfermedad, la doctora
Kate O’Brien, directora de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos de la Organización
Mundial de la Salud, aseguró que sà son muy eficaces a la hora de prevenir la
muerte, los casos más graves y las hospitalizaciones.
“Sin embargo, maximizar esta
efectividad contra las hospitalizaciones, los casos graves y la mortalidad, pasa
necesariamente porque la gente se ponga todas las dosis recomendadas.
Y esto es especialmente importante para las personas que están en los grupos de
prioridad”, explicó O’Brien.
Por grupos prioritarios, la
doctora se referÃa a las personas más vulnerables a la infección, a saber: los
mayores de 60 años, las personas enfermas, las personas que tienen debilitado
su sistema inmunitario, las mujeres embarazadas y los trabajadores de la salud.
O’Brian hizo esas
consideraciones durante una rueda de prensa en Ginebra y tras una nueva ola de
desinformación acerca de las vacunas contra el COVID-19 en algunos medios
de comunicación y las redes sociales.
Sin razones para la alarma
En cuanto
a ciertas preocupaciones sobre los efectos secundarios de accidentes
cerebrovasculares provocados por las vacunas que se basan en la tecnologÃa
mRNA, O’Brian explicó que en una base de datos de Estados Unidos habÃa
aparecido una "señal (advertencia) de seguridad" sobre la vacuna de
refuerzo de ARNm COVID-19 de Pfizer.
“Esto ha
alimentado la preocupación y la desinformación sobre las muertes relacionadas
con las infecciones por COVID-19”, afirmó la experta que aclaró que “la
evaluación de la Organización Mundial de la Salud de los informes y los
sistemas de vigilancia no ha encontrado pruebas que corroboren esta
señal en torno a las vacunas de ARNm y los accidentes
cerebrovasculares”.
Con
respecto a otra preocupación antigua aparecida en las redes sociales sobre un
riesgo de miocarditis inducido por la vacuna o una inflamación del músculo
cardÃaco, la experta comentó que se conoce, que se trata de un efecto
secundario “extremadamente raro”, que es leve y que, además, puede tratarse.
Por todo
ello, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud sigue siendo que
los beneficios de las vacunas continúan siendo muy superiores a los riesgos.
El ruido de los datos tiene que
ser revisado
En
respuesta a las preguntas de los periodistas, la doctora O’Brian explicó que la
OMS tiene muchos mecanismos diferentes para supervisar la seguridad de las
vacunas y que las bases de datos están abiertas para cualquier persona que
notifique efectos secundarios de las vacunas.
“Los
datos contienen una gran cantidad de ruido. Las tendencias que surgen de
ese ruido se denominan ‘señales de seguridad’. La OMS analiza detenidamente
estas ‘señales’. En esta ocasión, no ha encontrado pruebas sustanciales que
demuestren que las vacunas de refuerzo de ARNm sean inseguras”, explicó.
También
comentó que los fabricantes de vacunas deben proporcionar datos a la OMS que
demuestren que las vacunas deben añadirse o eliminarse de su categorÃa de
"lista de uso de emergencia", asà como que la agencia de la ONU está
interesada en el potencial de las vacunas nasales y orales, pero hasta ahora no
se han presentado vacunas de este tipo para su inclusión en la "lista de
uso de emergencia".
En cuanto al rendimiento exacto de las vacunas existentes contra la cepa XBB 1.5 de COVID-19, indicó que aún no se conoce e indicó que la OMS revisará los datos cuando se publiquen.