AFP
Las
Vegas, Estados Unidos
La
cubana Ángela Álvarez, de 95 años, se llevó el Grammy Latino a
la Mejor nueva artista y llevó a las lágrimas a un auditorio repleto de
artistas este jueves en Las Vegas con su mensaje de agradecimiento: "Nunca
es tarde".
Álvarez
conquistó el codiciado gramófono en un empate con la joven mexicana
Silvana Estrada, elogiada por su desgarrador álbum
"Marchita". Fue un choque generacional que Álvarez definió en una
conversación con periodistas como "el comienzo y el final".
"A
quienes tienen sueños, aunque
la vida es difícil, siempre hay una salida. Y con fe y amor, lo
puedes lograr, se los prometo", dijo Álvarez quien subió al podio de la
arena Michelob Ultra acompañada de su nieto, el compositor Carlos José Álvarez.
La cubana
radicada en Estados Unidos debutó ante una audiencia después de los 90 años,
y está acumulando
aplausos con su primer álbum, pero su relación con la
música data de décadas.
Su sueño de
convertirse en cantante, que inició cuando era una adolescente en su natal
Cuba, se vio interrumpido por desafíos familiares, y luego por la situación
política y social de su país con la llegada de Fidel Castro al poder a fines de
la década de 1950.
Años después de
restablecerse con su familia en Estados Unidos, su nieto decidió grabar sus canciones y produjo el
primer trabajo musical que fue reconocido por la Academia
Latina de la Grabación.
Álvares contó a
los medios de comunicación luego de recibir el premio que estaba "muy
orgullosa" de su logro, y que nunca recibió clases para entrenar su voz.
"Canto lo que me sale del corazón".
Y en seguida, a
capella, cantó unas estrofas de una composición propia dedicada a Cuba, su
tierra natal.
Apasionada por
los boleros, Álvarez dijo que una de sus principales influencias es el mexicano
Agustín Lara. "Tengo
muchos de sus discos, él le cantaba al amor".
Antes, en el
escenario agradeció a la Academia Latina de la Grabación por su reconocimiento.
Con un discurso escrito en una pequeña hoja de papel, Álvarez dedicó el
gramófono a su familia y al actor Andy García, productor de "Miss
Angela", un documental lanzado el año pasado sobre su vida.
Álvarez reservó
una línea aparte a su nieto, quien no paraba de sonreír a su lado: "Él fue
quien me ayudó a que yo llegara aquí", y a su país. "A mi patria
querida Cuba, que nunca la podré olvidar".