AP
Washington,
Estados Unidos
Los
demócratas han tenido la mayoría en las dos cámaras del Congreso y la
presidencia de Estados Unidos durante los últimos dos años, pero podrían no
tener un poder tan consolidado por mucho más tiempo.
Los
republicanos son favoritos para ganar la Cámara de Representantes en las
elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre, impulsados por la
frustración de los electores con la situación económica y por las ventajas del
proceso de redistribución de distritos que se lleva a cabo cada 10 años. Pero los
demócratas luchan por conservar la posición que tienen, haciendo campaña sobre
la conservación del acceso al aborto y otros temas.
El
panorama es menos claro en el Senado, donde los republicanos intentarán
recuperar el control. Varias de las contiendas en estados cruciales sin clara
inclinación política están muy apretadas, ante lo cual el líder republicano en
la cámara alta, Mitch McConnell, declaró que las probabilidades de que su
partido obtenga una mayoría son apenas del 50%.
A continuación
presentamos un vistazo en torno al control del Congreso y qué sucederá si los
republicanos obtienen una mayoría en cualquiera de las cámaras durante las
elecciones:
¿QUÉ PASA SI
CAMBIA EL CONTROL DE LA CÁMARA DE REPRESENTANTES?
Los demócratas,
encabezados por la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, han
tenido la mayoría desde 2018, cuando tomaron el control durante las elecciones
intermedias del gobierno del entonces presidente Donald Trump. Los republicanos
podrían recuperar el control de la cámara baja si se apuntan sólo cinco escaños
de las decenas de distritos que están en disputa, y están tratando de ganar
decenas de bancas.
La historia
también les da a los republicanos motivos para ser optimistas. En la era
moderna, el partido que ha llegado a la Casa Blanca ha perdido escaños
legislativos en prácticamente todos los comicios de mitad de mandato del primer
periodo de un presidente.
Si los
republicanos ganan la cámara baja el 8 de noviembre, la bancada del Partido
Republicano elegirá a un nuevo presidente de la Cámara de Representantes y
asumirá el poder el 3 de enero de 2023. Estarán al frente de todas las
comisiones y decidirán qué iniciativas van al pleno de la Cámara de
Representantes.
¿CÓMO SE VERÍA
UNA CÁMARA DE REPRESENTANTES REPUBLICANA?
El líder
republicano de la cámara baja, Kevin McCarthy, ya ha presentado su plan
“Commitment to America” (“Compromiso con Estados Unidos”), un conjunto de
políticas económicas, de seguridad fronteriza y otros temas que el Partido Republicano
presentaría en los primeros días del siguiente Congreso.
Un regreso al
poder republicano en la cámara baja sería un triunfo para Trump, que ha luchado
contra los intentos que encabezan los demócratas de hacerlo rendir cuentas por
la insurrección en el Capitolio federal del 6 de enero de 2021. La gran mayoría
de los republicanos que se tiene previsto regresen a Washington el próximo año,
así como una buena parte de aquellos que esperan ganar un primer periodo, son
leales a Trump y han seguido su ejemplo en sus políticas y posturas.
Entre esos
aliados hay miembros de extrema derecha como la representante Marjorie Taylor
Greene, a quien los demócratas despojaron de sus asignaturas en comisiones
debido a sus discursos con posturas extremistas, pero que formaría parte de una
amplia mayoría gobernante en una Cámara de Representantes controlada por los
republicanos. Greene estaba de pie detrás de McCarthy cuando éste presentó el
“Commitment to America” en Pensilvania el mes pasado.
¿QUÉ
SIGNIFICARÍA PARA BIDEN UNA CÁMARA DE REPRESENTANTES DE MAYORÍA REPUBLICANA?
Las prioridades
demócratas como el acceso al aborto, el combate al cambio climático y un mayor
control en la venta y tenencia de armas de fuego quedarían marginadas de
inmediato. Y la mayor parte de, o toda, la agenda del presidente Joe Biden
quedaría prácticamente muerta para los últimos dos años de su mandato.
De todas formas,
nada pasa a ser ley sin la firma de Biden. Las iniciativas para financiar al
gobierno, elevar el límite de la deuda y lidiar con temas militares son
necesarios para que el gobierno funcione. Esas iniciativas posiblemente se
convertirán en puntos álgidos durante las negociaciones entre republicanos,
demócratas y la Casa Blanca.
Biden, quien fue
senador durante décadas, a menudo ha presumido sus antecedentes en pactos
bipartidistas y ha dicho que quiere trabajar con los republicanos. Pero un
Congreso republicano que ha hecho de su oposición a Biden su máxima prioridad
no tendría muchas ganas de hacerlo.
¿QUÉ PASA EN EL
SENADO?
Aunque el
control del Senado podría ser para cualquiera después de los comicios, es
probable que el partido mayoritario tenga una muy pequeña ventaja. Eso
significa que Biden podrá ser capaz de encontrar un poco más de puntos en común
en esa cámara, sin importar quién la controle. La mayoría de los logros
legislativos de Biden durante su gobierno han sido resultado de negociaciones
bipartidistas en el Senado.
De cualquier
forma, una cámara alta bajo control republicano podría aprobar iniciativas que
le envíe una cámara baja de mayoría republicana, aplicándole presión política a
Biden. Y el Partido Republicano podría recuperar el control de las comisiones
y, con ello, el poder de llevar a cabo investigaciones y supervisar al
gobierno.
Un Senado
republicano también podría complicarle las cosas a Biden al bloquear o demorar
la aprobación de los nominados por el presidente para puestos en la rama
judicial y en la ejecutiva.
¿QUÉ PASA SI LOS
DEMÓCRATAS GANAN?
Si los
demócratas conservan el Senado y los republicanos ganan la Cámara de
Representantes, será improbable que las dos cámaras encuentren muchos puntos en
común. Pero los republicanos podrían intentar persuadir a los senadores
demócratas moderados en algunas iniciativas.
Si los
demócratas fueran capaces de conservar la mayoría en ambas cámaras,
posiblemente reanudarían las negociaciones en algunos de los temas de la agenda
de Biden que nunca fueron aprobados, incluyendo su nuevo paquete de programas
sociales y económicos que se estancó en medio de desacuerdos internos entre
demócratas.
¿CÓMO LUCE EL
MAPA DE LA CÁMARA DE REPRESENTANTES?
La mayoría de
los distritos de la cámara baja no son competitivos, gracias a un proceso de
redistribución que les permite a las legislaturas estatales trazar sus propios
límites legislativos si así deciden hacerlo. Muchas de las legislaturas
demarcan sus distritos para darle la ventaja a un partido en particular.
Aun así, hay
decenas de escaños en juego, incluyendo muchos que actualmente pertenecen a
demócratas que ganaron en distritos suburbanos en 2018, dándole la mayoría al
partido ese año.