AP
NUEVA
YORK
Serena
Williams disputó su último partido en esta edición del Abierto de Estados
Unidos... y tal vez en su carrera.
La máxima
estrella del tenis femenino en décadas y probablemente en la historia cayó el
viernes en la tercera ronda, por 7-5, 6-7 (4), 6-1 ante la australiana Ajla
Tomljanovic, ante un público que fue del entusiasmo a las lágrimas en el
estadio Arthur Ashe.
Williams
no estuvo dispuesta a irse tan fácilmente. Se libró de cinco match points para
prolongar el duelo de más de tres horas, mientras algunos espectadores se
ponían de pie para captar la gesta con las cámaras de sus teléfonos celulares.
Nadie,
salvo Tomljanovic, quería que esto terminara así.
Pero
concluyó, en la sexta oportunidad de la australiana, cuando Williams envió un
tiro a la red.
Williams
cumplirá 41 años este mes y dijo recientemente al mundo que está lista para
“evolucionar” fuera de las pistas. Expresó sin embargo que no le gustaba la
palabra retiro.
Y aunque
volvió a las ambigüedades cuando habló de si ésta era su última aparición en
Flushing Meadows, muchos suponen que lo fue.
Así lo
pareció también el viernes por la noche. Williams lloró en cuanto quedó
eliminada.
Cuando se
le preguntó si podría reconsiderar su decisión, respondió: “No lo creo, pero
una nunca sabe”.
En caso
de que ésta haya sido su última actuación, sirvió para emocionar a sus más
fervientes admiradores, con un esfuerzo digno de sus mejores días en este
torneo sobre canchas duras, donde ganó seis de sus 23 campeonatos individuales
de Grand Slam.
El
primero llegó en 1999, precisamente en Nueva York. Williams tenía sólo 17 años
entonces.
Al final,
no pudo ante Tomljanovic, de 29 años y 46ta del ranking.
Williams
dilapidó ventajas en cada set, incluido el último, en el que tenía una ventaja
de 1-0, antes de perder los siguientes seis games.
En un
momento del segundo set, un pie de Williams se atoró, y la tenista local cayó
en la cancha, soltando la raqueta. Finalizó con 51 errores no forzados, 21 más
que Tomljanovic.
Williams
permitió que una ventaja de 5-3 se esfumara en el set inicial. Hizo algo
similar en el segundo, al desperdiciar delanteras de 4-0 y 5-2. Requirió de
cinco set points para finalmente llevarse esa manga.
Estuvo
4-4 en el desempate, lo que significa que tres puntos más podrían sentenciar su
derrota. Pero disparó un ace de 117 mph y un winner de derecha para coronar un
intercambio de 20 golpes.
Luego,
observó cómo Tomljanovic dejaba largo un disparo.
Pareció
que el partido se había inclinado del lado de Williams. Pero no consiguió el
tipo de remontada que logró tantas veces en su trayectoria.
“¡Dios
mío, muchas gracias! Ustedes, chicos, fueron asombrosos hoy. Lo intenté”, dijo
Williams a los espectadores, con las manos en las caderas, antes de agradecer
también a sus padres, su marido y su hermana mayor Venus, siete veces monarca
de majors.
“No sería
Serena si no hubiera una Venus. Así que gracias, Venus”, comentó. “Ella es la
única razón por la que Serena Williams existió siquiera”.