Puerto
Príncipe
El primer
ministro de Haití, Ariel Henry, anunció un próximo aumento de los
precios de los combustibles, en medio de protestas por la grave crisis
política y social que afecta el empobrecido país caribeño.
"Tendremos que ajustar el precio del combustible", dijo Henry en un discurso
la pasada madrugada.
El
interés del Gobierno es que los combustibles estén disponibles en las
estaciones de todo el país y "en un tiempo no muy lejano
deberíamos volver a encontrar combustible con regularidad", agregó el
primer ministro, la máxima autoridad en el país tras el asesinato en julio de
2021 del presidente Jovenel Moïse.
Haití
enfrenta una aguda escasez de combustible desde hace al menos tres meses, lo
que ha aumentado el precio de los productos de primera necesidad, el del transporte
público y el precio del combustible en el mercado informal, donde el galón se
vende hasta por 2.000 gourdes (unos 16 dólares).
Esta
situación es el origen de las protestas en todo el país, que ya se han saldado
con al menos cinco muertos y heridos.
"La solución a los problemas del país no pasa por las barricadas en
llamas, los desórdenes, la destrucción de los cristales de los coches o la
destrucción de los bienes de la gente", dijo Henry en su discurso, en el que advirtió
que la justicia perseguirá a todos aquellos que cometan actos irreparables.
El Estado
destina más de 50.000 millones de gourdes (427 millones de dólares) en la
subvención del combustible "para las personas capaces de pagarlo al precio
normal", señaló.
Respecto
a la situación política, Henry insistió en el diálogo y dijo que antes de que
termine el año "debemos poner al país en modo electoral y permitir que
todos los que quieran hacerse cargo de los asuntos de nuestro país participen
en una competencia sana y democrática".
El primer
ministro aprovechó el discurso para reclamar nuevamente a la comunidad
internacional ayuda para mejorar el rendimiento de la policía nacional,
dotándola de los medios y marcos necesarios y adecuados, así como para luchar
contra la corrupción y la delincuencia.
Haití
está sumido en una profunda crisis social, económica, política y de violencia,
agravada tras el asesinato del presidente Moïse.
A esta
situación se suma el enfrentamiento entre bandas armadas en la zona
metropolitana de Puerto Príncipe, que ha dejado ya más de 300 muertos en Haití
y ha llevado a huir a más de 3.000 personas.