Enfrente de una superpotencia mundial
hay una pequeña isla que no llega al tamaño de Cuba.
Taiwán, a
solo 180 kilómetros de la República Popular de China, vive mirando a su eterno
enemigo con el que comparte misma lengua y mismos ancestros, pero diferente
régimen político.
A un lado
del estrecho, Pekín lidera una China comunista de 1.300 millones de habitantes
bajo el mando de un partido único.
En el otro,
Taipéi dirige una república democrática con 23 millones de habitantes.
La disputa que mantienen ambos países
desde 1949 -que se agudizó en los últimos días con la visita a la isla de la
presidenta del Congreso de EE.UU., Nancy Pelosi- ha privado a Taiwán de acceso
a los organismos internacionales y le otorga un estatus indefinido y un
reconocimiento internacional limitado.
Pero, tras años de hostilidades y
tensiones, Taiwán encontró una estrategia que ayuda a su supervivencia nacional
en este conflicto tan asimétrico y con la que ha conseguido alejar el fantasma
de una invasión china: el llamado "escudo
de silicio".
Un
"arma" que nadie puede replicar a mediano o largo plazo dado su nivel
de complejidad.
Una
industria clave de la que depende desde la fabricación de aviones de combate
hasta paneles solares, pasando por videojuegos o instrumentos médicos.
Antes de
esta última crisis, BBC Mundo había conversado con Craig
Addison, el periodista que acuñó el término con la publicación de su
libro Silicon Shield:
Taiwan's Protection Against Chinese Attack ("El escudo de
silicio: la protección de Taiwán contra un ataque de China").
¿Cómo podemos explicar qué es el
"escudo de silicio"?
Significa
que la posición de Taiwán como principal fabricante mundial de chips
semiconductores avanzados actúa como elemento disuasorio de una acción militar
de China.
El impacto
de una guerra en esta parte del mundo sería tan grande que China pagaría un
precio muy alto, incluido un daño severo a su propia economía.
El gigante
asiático, como el resto de la economía mundial, depende de los chips supersofisticados
fabricados en Taiwán.
Estas
pequeñas piezas están elaboradas con semiconductores, es decir, circuitos
integrados fabricados generalmente con silicio.
¿De qué protege a Taiwán entonces?
El escudo de
silicio es parecido al concepto de la guerra fría de MAD (destrucción mutua
asegurada), porque cualquier acción militar en el estrecho de Taiwán sería tan
dañina para China como para Taiwán y Estados Unidos.
De modo que,
en efecto, evita que se inicie un conflicto y protege al pequeño territorio de un
ataque militar ordenado por Pekín.
El costo de
tal acción sería tan grande, no solo para el mundo, sino para la propia China,
que el gobierno de Xi Jinping tendría que pensarlo dos veces antes de dar la
orden.
¿Hay algún ejemplo en la historia reciente de esta
protección?
El hecho de
que el gobierno chino no haya podido seguir adelante con su intención declarada
de tomar Taiwán por la fuerza si es necesario muestra que el "escudo de
silicio" está funcionando.
Si Taiwán no
fuera un proveedor tan importante de tecnología para el mundo, es posible que
China ya hubiera adoptado medidas para ocupar el territorio.
En la crisis
de misiles del estrecho de Taiwán de 1996, Estados Unidos envió dos grupos de
portaaviones de guerra para disuadir ejercicios bélicos chinos dirigidos a
Taiwán, que incluyeron el disparo de misiles.
Este es un
ejemplo específico de los intereses que hay para que no se produzca un ataque.