PNUD Colombia / Freya Morales La pandemia ha empujado a millones de personas a la pobreza. En la fobo, el asentamiento irregular Altos de la Florida, en el sur de Bogotá, Colombia.
El menor
crecimiento del comercio, la apreciación del dólar y el endurecimiento de
las condiciones financieras globales son algunos de los factores que afectarán
el repunte económico de los países de la región, alertó este
martes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
previendo para la zona un crecimiento promedio de 2,7% en 2022.
En la
conferencia de prensa de presentación de su Estudio Económico 2022, celebrada en Santiago de Chile, la CEPAL
actualizó sus grises proyecciones de crecimiento para
las subregiones en el año en curso: América del Sur, 2,6% frente al 6,9% de
2021; el grupo formado por Centroamérica y México, 2,5% en comparación con un 5,7% del año
anterior; y el Caribe —la única subregión que crecerá más que en 2021— un 4,7%,
sin incluir Guyana, con respecto al 4,0% del año pasado.
La CEPAL aclaró
que estos pronósticos son promedios que esconden muchas realidades
nacionales y recordó la alta heterogeneidad de los países
de la región.
“Este año, 16
países de la región, es decir casi la mitad, no habrán recuperado el nivel
del PIB que tenían antes de la pandemia”, recalcó Daniel
Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL.
Titelman también
indicó que la disminución de la actividad económica ha
frenado la recuperación de los mercados laborales, en especial para las mujeres,
cuyo desempleo este año llegará a 11,6% este año, superior al 9,5% de 2021.
Crisis exacerbadas por la guerra
en Ucrania
El informe de la CEPAL explica el
bajo crecimiento y el incremento de la inflación mundial como el resultado de
una serie de crisis exacerbadas por la guerra en Ucrania, que ha causado tensiones geopolíticas, menor crecimiento
económico global, menor disponibilidad de alimentos y aumentos del precio de la
energía que, a su vez, han impulsado la inflación que se vivía a causa
del impacto de la pandemia de COVID.-19.
El secretario ejecutivo interino
de la Comisión señaló que a esta situación se agrega la caída la inversión y
las crecientes demandas sociales, planteando grandes desafíos para la política
macroeconómica, que debe conciliar medidas que impulsen la reactivación con
políticas dirigidas a controlar la inflación y dar sostenibilidad a las
finanzas públicas.
“Esta suma acumulada de eventos
requiere repensar la parte económica”, dijo Mario Cimoli, y abundó que se
precisa una coordinación de políticas macroeconómicas que apoyen la
aceleración del crecimiento, la inversión, la reducción de la pobreza
y la desigualdad, al tiempo que enfrentan la dinámica inflacionaria.
La
inflación, que ha alcanzado un promedio regional de 8,4%, ha llevado a los bancos
centrales a subir las tasas de interés y a reducir los agregados monetarios
para controlarla. Sin embargo, la política monetaria por sí sola puede generar
una recesión, alertó Cimoli.