AFP
St Andrews, Reino Unido
Tiger Woods no superó el corte este viernes en la
segunda jornada del Abierto Británico de golf y tras el hoyo N.18 recibió una
ovación en el campo de Saint Andrews (Escocia), tras la cual saludó a los
aficionados y terminó entre lágrimas.
A sus 46 años y tras un accidente de coche que
en febrero de 2021 estuvo a punto de costarle la pierna derecha, Woods pudo al
menos cumplir su deseo de disputar el 150º British Open en el campo histórico
de Saint Andrews.
Sin embargo, su actuación en el torneo ha
sido muy discreta: el jueves terminó el primer recorrido con una tarjeta de
+6, ya a catorce golpes del liderato, y este viernes acabó el segundo recorrido
con +3, para acumular un global de +9 (nueve sobre el par del campo), muy por
encima del 'cut'.
Decepcionado, con la cabeza baja y gesto
serio, Woods pasó una última vez, al menos en este torneo, por el
pórtico del Royal and Ancient, el edificio que acoge la instancia que rige
las reglas del golf (salvo en Estados Unidos y México, sometidos al organismo
norteamericano USGA).
"Estar aquí, en mi sexto Open en Saint
Andrews, siendo capaz de jugar en este campo donde nació el golf, es algo
fantástico", había subrayado Tiger Woods antes del torneo, recordando que
hace unos meses su objetivo era simplemente "ser capaz de volver a
andar".
Woods regresó a la
competición en abril en el Masters de Augusta, donde fue 47º,
después de dos primeros recorridos positivos. Abandonó luego en el tercer
recorrido en el PGA Championship y renunció al US Open.
El British Open es el único torneo del Grand Slam
de golf que se disputa fuera de Estados Unidos.