ACNUR/James Oatway Refugiados en Johannesburgo esperan noticias sobre su futuro. (Foto de archivo)
Tres relatores especiales de la
ONU en derechos humanos* se refirieron este viernes a la “Operación
Dúdula” como un ejemplo de discurso de odio. Originalmente una campaña en las
redes sociales, la Operación Dúdula se ha convertido en una plataforma
para la movilización de protestas violentas, incendios provocados en casas y
negocios propiedad de inmigrantes, e incluso el asesinato de ciudadanos
extranjeros.
Los expertos advirtieron que la
movilización xenófoba en curso es amplia y profunda, y que se ha convertido en
la estrategia central de campaña de algunos partidos políticos del
país.
“El discurso antiinmigrante de
altos funcionarios ha avivado las llamas de la violencia, y los actores del
gobierno no han logrado prevenir más violencia ni pedir cuentas a los
responsables”, apuntaron.
“Demasiado negro para ser
sudafricano”
“Nos preocupa que Sudáfrica esté
al borde de una violencia explosiva dada la falta de una acción urgente
por parte del gobierno para frenar el uso de migrantes y refugiados
como chivos expiatorios”, abundaron, citando además la violencia e intimidación
generalizadas contra estos grupos.
El grupo recordó que la xenofobia,
especialmente contra los inmigrantes y refugiados africanos y del sureste
asiático de bajos ingresos, ha sido una característica de la política
sudafricana durante muchos años.
En 2008, por ejemplo, la
violencia xenófoba provocó la muerte de más de 60 personas y contribuyó al
desplazamiento de al menos 100.000.
La xenofobia a menudo se
manifiesta explícitamente y se dirige a inmigrantes y refugiados negros
de bajos ingresos y, en algunos casos, a ciudadanos del propio país acusados
de ser “demasiado negros para ser sudafricanos”.
En un incidente muy difundido en
abril de 2022, un ciudadano de Zimbabue de 43 años y padre de cuatro hijos fue
asesinado en Diepsloot por un grupo que iba de puerta en puerta
exigiendo visas.
Los atacantes sacaron a la
víctima de un lugar donde buscaba refugio, la golpearon y le prendieron
fuego. La violencia ha continuado sin cesar.
Asimismo, se cree que el incendio
del mercado de Yeoville en Johannesburgo, el 20 de junio de este año, fue
llevado a cabo por personas que tenían como objetivo a los comerciantes
inmigrantes.
Discriminación institucionalizada
Los expertos de la ONU
advirtieron que la discriminación contra los ciudadanos extranjeros en
Sudáfrica se ha institucionalizado tanto en la política gubernamental como en
la sociedad sudafricana en general.
Esto ha propiciado violaciones
del derecho a la vida y la integridad física, y de los derechos a un nivel de
vida adecuado y al más alto nivel posible de salud, además de elevar los riesgos
de detención arbitraria, tortura y devolución.
Los expertos también expresaron
alarma por la corrupción generalizada en los sistemas de migración y
asilo de Sudáfrica, que agudiza estos problemas.
“El costo en vidas y dignidad
humana, particularmente a la luz de los últimos 30 años de violencia xenófoba,
sigue siendo generalizado y profundamente preocupante”, subrayaron.
Lamentaron que Sudáfrica no
cumpla con sus obligaciones de proteger y promover los derechos
humanos, ni de prevenir la discriminación racial y xenófoba.
“Mientras tanto, los
perpetradores disfrutan de una impunidad generalizada por la violencia
y la retórica xenófoba, lo que lleva a la falta de rendición de cuentas por
violaciones graves de los derechos humanos y al florecimiento de plataformas
políticas racistas y xenófobas”, alertaron los relatores especiales.
Los expertos instaron a los
actores públicos y privados a cumplir sus compromisos con los derechos
humanos y la justicia racial, y a adoptar una posición firme contra la
violencia racista y xenófoba imperante en Sudáfrica.
Los expertos de la ONU han estado
en comunicación oficial con el gobierno sudafricano para abordar estas
cuestiones y aclarar sus obligaciones en virtud del derecho internacional.