Shaddai
Eves
Santo
Domingo, RD
Desde las
escaleras eléctricas que conducían hacia el último piso del centro comercial
Sambil, área donde se encontraba el salón de eventos donde se llevaba a cabo la
Feria de Empleos Supérate, se podía apreciar el correteo de decenas de
ciudadanos que iban a depositar su hoja de vida. Iban con el deseo de cumplir
el sueño de tener un empleo digno.
Al
llegar, una fila que daba seis vueltas se adueñaba de toda el área perimetral
de la planta. La conformaban más de dos mil solicitantes… jóvenes desde los 18
años recién cumplidos, hombres, mujeres y entre ellos gran parte de ciudadanos
con discapacidad auditiva y visual. Cada uno, esperaba pacientemente su encuentro
con las 15 empresas que estaban ofertando unos 3,000 puestos de trabajo en 938
plazas distintas.
Rauliris
Tavares, una joven de 21 años de edad, se mostraba con entusiasmo en la feria
al ser la jornada de empleos la oportunidad para conseguir su primer trabajo,
ya que actualmente está estudiando y, de acuerdo a lo que comentó, tiene más
responsabilidades.
“Quiero
conseguir un trabajo bueno, ya que tengo un buen currículum porque he hecho
muchos cursos y estoy estudiando en la universidad. Los jóvenes como yo, que se
están preparando, merecen una oportunidad de empleo”, dijo Tavares.
Personas
con discapacidad
En la jornada,
que en esta ocasión estuvo bajo la dirección general de Gloria Reyes, en
alianza con el Ministerio de Trabajo y el Banco Mundial, estaban buscando
empleo ciudadanos con discapacidad auditiva y visual.
El miembro de la
Defensa Civil y representante de la comunidad sorda en la jornada de empleos,
Adriel Lamarche, precisó que entre toda la multitud había unos 250 sordos y
expresó que “tenía la esperanza de que las personas con discapacidad auditiva
pudieran ser aceptados por las empresas públicas y privadas que se encontraban
allí”.
Lamarche, quien
también es sordo hipoacúsico, dijo que hay muchos miembros de la comunidad
sorda desempleados y otros que nunca han podido trabajar en alguna compañía
porque ven su condición como un obstáculo para conseguir los objetivos
empresariales. “Cada vez que veo una oportunidad yo le mando carteles de las
redes sociales a todos”, expresó, “de verdad, nosotros estamos tratando de que
las oportunidades sean iguales para todos y que el gobierno nos mire y a la
gente hay que enseñarle lengua de señas”, externó Lamarche.
Primer
empleo
En la feria los
jóvenes eran los de mayor número y buscaban su primer empleo.
“Hemos visto un
despliegue de muchos jóvenes con mucha ansiedad de aportar y que tienen la
capacidad. (…) Hemos visto que tienen sed de que les den la coyuntura para
insertarse en el mercado laboral”, exteriorizó Henry Veras, quien funge como
subdirector del Programa Supérate.
Y era notable…
por ejemplo, periodistas de LISTÍN DIARIO conversaron con Ironelis Bautista,
una joven que acababa de cumplir 18 años y se encontraba en la feria buscando
su primer empleo. La estudiante de psicología clínica expresó que “se sentía
feliz con la oportunidad” y dijo que “le hacía mucha ilusión que la llamaran
para uno de los puestos de trabajo”.