El primer ministro de Haití, Ariel Henry, indicó
este lunes que tiene la “desagradable sensación” de que las personas detrás del
asesinato del presidente de ese país, Jovenel Moise, aún siguen libres y
caminando por las calles.
“El presidente de la República, que me nombró
Primer Ministro, fue odiosamente asesinado al día siguiente de mi
designación. Tengo la desagradable
sensación de que quienes concibieron y financiaron este macabro plan aún corren
por las calles y aún escapan de nuestro sistema judicial”, escribió
en Twitter el premier haitiano.
Estas declaraciones de Henry se producen a menos de un mes de que se
cumpla un año del mencionado magnicidio, perpetrado el 7 de julio del año
pasado, un caso que ha tomado varios giros desde que se hizo público.
El más reciente de estos fue la designación del
juez Walther Wesser Voltaire al frente de la investigación del asesinato, el
quinto juez de instrucción a cargo de este trabajo.
El encargado pasado, Merlan Belabre, renunció alegando razones personales menos de
una semana después de su nombramiento.
Asimismo, muchos jueces han denunciado que las
condiciones para llevar a cabo el caso no son las más idóneas, con unas
estructuras judiciales debilitadas, presiones, amenazas de todo tipo y la
dificultad para extraditar a los principales sospechosos intelectuales y
materiales del crimen.
Imputados
A principios de mayo de este año el exsenador
haitiano John Joel Joseph compareció ante una jueza en Miami, EE.UU.,
tras ser extraditado desde Jamaica para responder por su presunta implicación
en el magnicidio de Moise.
Con este exlegislador son tres los presuntos
implicados en el asesinato que están en manos de la Justicia estadounidense.
Los otros dos son
Rodolphe Jaar, un haitiano
nacionalizado chileno que fue detenido en enero pasado en República Dominicana
y viajó por voluntad propia a Miami, y el exmilitar colombiano Mario Antonio Palacios, que también
llegó a EE.UU. voluntariamente tras haber sido detenido en una escala aérea en
Panamá.