AFP
Tulsa
Exhausto
y adolorido tras una de las peores jornadas de su carrera, el astro del golf
estadounidense Tiger Woods decidió no competir el domingo en la última ronda
del Campeonato de la PGA, en su primer abandono como profesional de un torneo
de Grand Slam.
Woods,
que disputa su segundo evento tras su accidente automovilístico de febrero de
2021, terminó su tercera ronda con 79 golpes, nueve sobre par, cayendo hasta el
grupo en la última posición de la tabla en Southern Hills (Tulsa).
Al
terminar su recorrido, con una visible cojera, el ganador de 15 torneos de
Grand Slam reconoció que no estaba seguro de terminar el torneo por los dolores
en su pierna derecha, secuela de las múltiples fracturas que sufrió en la
colisión.
"Bueno,
estoy adolorido. Eso es un hecho. Haremos algo de trabajo y veremos cómo
va", señaló ante la prensa.
Poco
después el propio torneo confirmaba a través de Twitter que el astro abandonaba
la competencia.
"Admiramos
el valiente esfuerzo de Tiger por competir aquí en Southern Hills y le deseamos
lo mejor mientras sigue recuperándose de sus lesiones", dijo el presidente
de PGA América, Jim Richerson.
A sus 46
años, y tras una decena de operaciones de espalda y rodilla, Tiger requiere de
horas de terapias físicas y baños de hielo tras cada ronda para reponerse,
especialmente después del accidente, cuando pasó varios meses sin siquiera
poder caminar.
En su
asombroso regreso al golf de abril en el Masters de Augusta, el californiano
consiguió completar las cuatro rondas pero, yendo de más a menos, acabó en un
lejano puesto 47.
Ni en
Augusta ni tampoco esta semana Woods ha tenido opciones reales de pelear por su
ansiado 83º título de PGA, que le convertiría en el mayor ganador de la
historia, y su 16º trofeo de Grand Slam, que le acercaría al récord de 18 de
Jack Nicklaus.
Tiger,
con su legendario espíritu competitivo, siempre asegura que su gran objetivo es
volver a ganar en el circuito.
Para ello
avanzó que solo competiría en eventos muy señalados y en abril dejó entrever su
presencia en otro Grand Slam, el Abierto Británico (14-17 de julio).
Primera retirada de un 'Major' como profesional
Esta semana, Tiger Woods dio un paso atrás respecto a su emotivo regreso en el
Masters pero también dejó muestras de su decidida voluntad de ser competitivo.
Tras una
decepcionante primera ronda de 74 golpes (+4), Woods fue capaz de salvar el
corte con un segundo recorrido de 69 (-1), que finalizó exhausto entrada la
tarde del viernes.
Con pocas
horas para reponerse, Tiger tuvo que volver a ponerse el traje de trabajo desde
primera hora del sábado, esta vez para salvar su prestigio.
El astro
había expresado su deseo de que el fin de semana fuera lo más caluroso posible
pero lo que se encontró el sábado fue un campo mojado y resbaladizo que causó
estragos en la mayoría de jugadores.
Pese a
los infatigables ánimos de sus aficionados, Tiger tardó poco en recibir malas
señales enviando su segundo golpe de salida al agua camino del primero de sus
siete bogeys del día, cinco de ellos cometidos de forma consecutiva por primera
vez en un 'Major'.
El peor
momento llegó en el sexto hoyo, donde envió otra vez la pelota al agua y luego
se le encalló en la hierba alta del rough hasta cometer un devastador triple
bogey.
Posteriormente
encadenó unos inéditos cinco bogeys consecutivos entre el noveno y el
decimotercer hoyo que lo hundían en la tabla y lo colocaban al borde de su peor
jornada en un torneo 'Grande'.
Woods
ponía gestos de incredulidad y alguna sonrisa de impotencia, mientras sus
seguidores no dejaban de alentarle.
En el
hoyo 15 dejó una de las pocas muestras de su talento al firmar su único birdie
con un espectacular putt de 10,9 metros.
Tiger
cerró su recorrido con tres hoyos en par que lo dejaban en el grupo en el
último lugar de la clasificación con 222 golpes (+12), a 21 de distancia del
chileno Mito Pereira, sorprendente líder.
"Simplemente
no jugué bien", reconoció Woods. "No le pegué muy bien a la pelota y
no tuve el comienzo que necesitaba".
Tiger
terminó registrando su peor resultado en una ronda del Campeonato de la PGA
pero quedó por debajo de su peor jornada en un Grand Slam, que siguen siendo
los 81 golpes (+10) del Abierto Británico de 2002.
Su
abandono es el primero que protagoniza como profesional en un Grand Slam. En
1995 se retiró como amateur en su debut en el Abierto de Estados Unidos por un
problema de muñeca.