En las
acciones participan al menos 321 policías, 45 fiscales y 105 técnicos
SANTO DOMINGO, RD.- El Ministerio Público desarrolla este miércoles en
Santiago, Santo Domingo, La Vega y Puerto Plata la Operación Discovery, la cual
se enfoca en desmantelar una amplia red criminal transnacional que estafó a
cientos de ciudadanos en Estados Unidos de diversas formas, incluyendo la
extorsión sexual, económica y el robo de identidad.
La Operación
Discovery, que surge de una minuciosa investigación desarrollada durante meses
por el Ministerio Público contra los delitos de alta tecnología, incluye la
participación de una fuerza de tarea conjunta que incluye a 45 fiscales, 105
técnicos y 321 agentes policiales.
Las acciones
se desarrollan bajo las instrucciones de la procuradora general de la
República, Miriam Germán Brito, y la coordinación operativa de la Dirección
General de Persecución del Ministerio Público, la Procuraduría Especializada
contra Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, la Procuraduría Especializada de
Antilavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo y la Fiscalía de
Santiago.
Los equipos
encabezados por los fiscales realizan decenas de allanamientos y arrestos de
integrantes de la red contra los que el Ministerio Público presentará medidas
de coerción en las próximas horas.
La operación
forma parte de las acciones que desarrolla la gestión de la magistrada Germán
Brito contra el crimen organizado y los delitos transnacionales.
En la
investigación de la red, el Ministerio Público contó con el trabajo coordinado
del Buró Federal de Investigaciones (FBI), de Estados Unidos, y la Dirección
General de Investigaciones Criminales (Dicrim), de la Policía Nacional.
La red
internacional desmantelada con la Operación Discovery tenía su centro operativo
en Santiago, con alcance territorial en Puerto Plata.
Los
integrantes de la red se dedicaban a cometer crímenes y delitos de alta
tecnología. Todos se constituyeron en una asociación de malhechores que
usurpaba funciones, y que incurrió en lavado de activos y en el porte y
tenencia ilegal de armas de fuego.
Además de la
extorsión sexual y el robo de identidad, los integrantes de la red realizaban
llamadas telefónicas para intimidar, enviaban medicamentos utilizando
“delivery” e incluso usurpaban funciones oficiales de Estados Unidos,
incluyendo la de agentes del FBI.
La red utilizaba las criptomonedas y el sistema financiero nacional como medios para el movimiento de capitales en dólares y en pesos y adquirieron bienes millonarios productos de sus acciones criminales.