Azotado ya por la crisis económica, el COVID-19, el
asesinato de su jefe del Estado, la inseguridad creciente y la escalada de
secuestros por parte de bandas, Haití recibió un último varapalo el 21 de
agosto de 2021. Un terremoto mortal de magnitud 7,2 golpeó el suroeste del
país, causando 2200 muertes y casi 13.000 heridos y una destrucción
generalizada en las zonas rurales. Seis meses después, se celebra en la capital
una conferencia para tratar el tema de la reconstrucción y recuperación del país.
La
vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, asistió hoy miércoles al acto
internacional organizado por el Gobierno de Haití en Puerto Príncipe, la
capital, para apoyar los esfuerzos de reconstrucción y recuperación tras el
terremoto que asoló el suroeste del país, principalmente en las áreas rurales,
el pasado mes de agosto.
Mohammed había visitado la región afectada por el terremoto
inmediatamente después de que ocurriera el catastrófico suceso.
"No
es el momento de rendirse", dijo durante su intervención, "porque el
pueblo de Haití nunca se rinde. Una y otra vez, lloran sus pérdidas, y luego se
reponen y recomponen sus vidas", añadiendo que "Haití se encuentra de
nuevo en una encrucijada. Hay que proteger años de inversión en estabilidad y
desarrollo. Sin duda, las instituciones nacionales están preparadas para
dirigir [la reconstrucción]".
Más de 2200
personas murieron y casi 13.000 resultaron heridas,
y las infraestructuras clave resultaron deterioradas. Unas 137.000
casas y 1250 escuelas quedaron dañadas o destruidas, y más de 300.000
estudiantes se retrasaron en su regreso a las aulas.
Asimismo, se
vieron afectados más de 95 hospitales y centros sanitarios; el mal estado en el
que quedaron carreteras y puentes complicó, además, la capacidad de respuesta
en la zona del terremoto.
2000 millones de dólares para la
reconstrucción y la recuperación
El Gobierno ha estimado que
costará cerca de 2000 millones de dólares reparar los daños causados por el
terremoto.
Más de la mitad de los fondos,
algo más de 1000 millones de dólares, se destinarán a la rehabilitación
o reconstrucción, principalmente de viviendas privadas, y unos 400
millones dólares a educación. Los servicios sanitarios y las
iniciativas sobre seguridad alimentaria requieren 40 y 55 millones de dólares respectivamente.
La agricultura, el comercio y la
industria, así como los programas medioambientales, son otras de las áreas
seleccionadas para recibir asistencia.
El primer ministro de Haití,
Ariel Henry, manifestó durante el acto que el esfuerzo de reconstrucción y
recuperación incluiría a toda la población. "No todas las comunidades de
la Península Sur se vieron afectadas de la misma manera. Algunas sufrieron más
daños y pérdidas que otras. Sin embargo, el plan de recuperación incluye a
todas las regiones que se vieron afectadas directa e indirectamente por el
terremoto."
Múltiples crisis
El terremoto del pasado mes de
agosto llegó en un momento en el que Haití se enfrentaba a múltiples crisis de
carácter económico, político, de seguridad, humanitario y de desarrollo. La
economía se encuentra en una situación desesperada, a la que no ha contribuido
el reciente bloqueo del suministro de gasolina por parte de bandas armadas, que
casi paralizó el país. La inseguridad, incluidos los secuestros, es
generalizada, y las bandas controlan muchos barrios de la capital, Puerto
Príncipe. En julio de 2021, el presidente fue asesinado mientras se encontraba
en su casa.
Por otra parte, Haití sigue
estando muy expuesto y es vulnerable a los terremotos, las inundaciones y las
sequías, así como a los mayores efectos del cambio climático. El devastador
terremoto de enero de 2010, en el que se calcula que murieron 220.000 personas,
sobre todo en Puerto Príncipe y sus alrededores, se convirtió en su peor
catástrofe natural, la más destructiva que ha sufrido el país caribeño en su
historia reciente.
"Debemos ser conscientes de
que la falta de inversiones adecuadas y a tiempo en la reconstrucción del país
empujará inevitablemente a las poblaciones más vulnerables, sin capacidad para
mantener sus medios de subsistencia, a buscar salidas a la desesperada para
sobrevivir", dijo la número dos de la ONU. "Es probable que aumente
la migración interna, incluso hacia Puerto Príncipe, que ya sufre graves
problemas sociales y económicos y altos niveles de violencia", añadió.
Asimismo, la migración externa
será otra de las consecuencias si no se toman medidas, ya que los haitianos se
tendrán que marchar a buscar oportunidades en el extranjero.