La Oficina de Coordinación de Asuntos
Humanitarios de la ONU estima que unos 12.000 hogares se han visto
afectados por el tsunami del 15 de enero que se originó tras la erupción de un
volcán submarino asolando al conjunto de las islas de Tonga.
La agencia
confirmó este jueves que la totalidad del sector agrícola, incluyendo los
cultivos, el ganado y la pesca, que representan una parte vital de la actividad
económica, han sufrido pérdidas sustanciales.
Una de las
principales preocupaciones de la Oficina y de otras agencias de la ONU es el
impacto que pueda causar la caída de las cenizas en los cultivos, al igual que
los efectos de su mezcla con el agua salada y la posibilidad de que se forme
lluvia ácida.
Las
consecuencias en más de la mitad de las dependencias dedicadas a la ganadería
-entre el 60% y el 70%- son nefastas: sus animales fallecieron, las tierras de
pastoreo resultaron dañadas o se contaminó el suministro de agua.
Las pesquerías
que operan en las más de 170 islas que componen el archipiélago también
resultaron muy afectadas. El Gobierno desaconsejó la pesca y el consumo de
pescado debido a la contaminación marítima.
El Programa Mundial de Alimentos está
apoyando a los grupos de seguridad alimentaria y logística, trabajando en la
evaluación de las necesidades, las prioridades y otros aspectos logísticos de
la respuesta humanitaria.
En paralelo,
activó su campaña Dona con Responsabilidad para concienciar a la gente sobre
cómo puede donar de forma responsable.
Por último,
recordó que antes de este suceso el 20% de las familias de Tonga ya
sufrían inseguridad alimentaria.
Preocupa la falta de agua potable
La Oficina Nacional de Gestión de
Emergencias de Tonga y sus socios continúan con las estimaciones iniciales de
daños en la isla principal, Tongatapu, así como en las islas del grupo Ha'apai.
Los hogares en zonas costeras de
cinco localidades de Tongatapu sufrieron daños significativos. Más de 30 casas
quedaron completamente dañados, 72 de forma grave, 46 moderadamente y 23
sufrieron daños menores.
Igualmente, la Oficina destacó su
preocupación por la falta de acceso al agua potable y la calidad de las
aguas subterráneas.
Aunque el suministro de agua en
la capital es potable, la mayoría de la gente depende ahora del agua
embotellada. Hasta que se disponga de información adicional, las autoridades
desaconsejaron beber el agua de la lluvia.
Los colaboradores locales e
internacionales continúan trabajando contra reloj para solventar esta situación
enviando agua, equipos de depuración y de desalinización.
Los efectivos de evaluación de la
Oficina lograron visitar la mayor parte del país, incluidas las islas remotas y
aisladas.
¿Qué impacto puede tener el
tsunami en la agricultura y la pesca?
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó que uno de los primeros
retos es evaluar el posible impacto que la capa de ceniza que cubre partes de
la isla, así como los daños del tsunami podrían tener en la agricultura y la
pesca.
La caída de cenizas puede tener graves
efectos perjudiciales para los cultivos y el ganado, dependiendo principalmente
del grosor de éstas, el tipo y las condiciones de crecimiento del cultivo, el
momento y la intensidad de las lluvias posteriores, el estado de los pastos y
de los animales antes de su descenso, y la disponibilidad de alimentos y agua
no contaminados.
Los cultivos de raíces, como la
batata y el ñame, podrían verse afectados, mientras que los cultivos de frutas
y hortalizas de todo el archipiélago también están ciertamente en peligro. Las
inundaciones de agua salada también habrán afectado probablemente a las tierras
de cultivo, y la posibilidad de lluvia ácida es preocupante.
El impacto previsto en la pesca
también es motivo de inquietud. Aunque el consumo de pescado per cápita es algo
bajo para el Pacífico (25-35 kg/año), la pesca podría convertirse en una fuente
de alimentos más importante tras esta catástrofe, dados los posibles efectos de
la cobertura de ceniza volcánica en la tierra que produce los suministros
locales de alimentos.
“A falta de una visión completa,
ya está claro que Tonga necesitará probablemente ayuda a corto y largo plazo.
La FAO ya se ha puesto en marcha para asignar fondos para la evaluación de los
daños y algunas medidas iniciales de respuesta", dijo Xiangjun Yao,
coordinador subregional de la Organización para las Islas del Pacífico, con
sede en Samoa.
El principal hospital permanece
en activo
Otro de los principales problemas es
la supervisión ante el riesgo de la aparición de enfermedades infecciosas.
Tanto el hospital como la
principal farmacia de la capital están intactos y funcionan con normalidad. Sin
embargo, se cuenta con reportes de daños en algunos centros de salud en
Tongatapu, 'Eua y Ha'apai.
También se manejan informaciones
sobre la escasez de combustible, pero los suministros de gasolina están
llegando como parte del envío regular y con cierta ayuda adicional suministrada
por el Gobierno australiano.
Aeropuerto en activo, servicio de
internet caído
Aunque los sistemas de
conectividad internacional están mejorando gradualmente, siguen siendo
limitados.
El cable submarino de
comunicación, el único enlace permanente de las islas con el resto del mundo,
resultó severamente dañado y está pendiente de la llegada de un barco para su
reparación. Desde la Oficina se avisa que este trabajo podría tardar
varias semanas en completarse. La comunicación con las islas
exteriores sigue siendo muy limitada.
El Grupo de Telecomunicaciones de
Emergencia del Programa Mundial de Alimentos está colaborando en el proceso de
restablecimiento de las comunicaciones, especialmente de los servicios
telefónicos y de internet.
Tras el cierre durante varios
días del aeropuerto internacional de Fua'amotu debido a las cenizas en la pista
de aterrizaje, se logró despejar todos los escombros y ya está operativo.
Los primeros vuelos de socorro
procedentes de Nueva Zelanda y Australia llegaron este jueves, y un vuelo de
ámbito nacional partió hacia Ha'apai, confirmando que el aeropuerto de esa
localidad también estaba operativo.
Los efectos del tsunami se
sintieron también en Perú
Las consecuencias de la erupción
y el posterior tsunami en Tonga también se dejaron sentir al otro lado del
Pacífico, en Perú, donde un equipo de la ONU en el país está siguiendo las
repercusiones de un trágico vertido de petróleo que se produjo como
consecuencia del desastre.
Según las autoridades, el vertido
está afectando a dos reservas naturales del país sudamericano y repercutiendo
en los medios de subsistencia de la vida terrestre y submarina.
El coordinador residente de la
ONU, Igor Garafulic, se reunió este jueves con las autoridades y garantizó el
apoyo de todo su equipo en la lucha contra el desastre ecológico.
El Gobierno del Perú solicitó a
Naciones Unidas apoyo técnico para evaluar el impacto y las medidas de
respuesta y la Organización activó de manera inmediata los protocolos de
atención de emergencias a fin de poner a disposición del ejecutivo el apoyo
técnico necesario a través de una misión de expertos en desastres ambientales.
El grupo de expertos llegará al
Perú en los próximos días y asesorará a las autoridades en la gestión y
coordinación de la respuesta. Asimismo, realizará un planteamiento de acciones
efectivas para reducir el riesgo de futuros desastres en el país.
La mayor erupción volcánica registrada
en treinta años
Tras producirse una enorme
erupción, que se oyó en lugares tan lejanos como Australia y Nueva Zelanda, de
20 kilómetros de altura y en forma de hongo con humo y ceniza, se formó el
consiguiente tsunami.
Las olas, de una altura superior a un metro, golpearon la capital, Nuku'alofa, cuyos habitantes se vieron forzados a huir a terrenos de mayor altura abandonando sus casas inundadas mientras caía del cielo una lluvia de rocas y cenizas.