Los huecos en el relato sobre la muerte del actor
Octavio Ocaña, el pasado viernes tras una persecución policial, comienzan a ser
revelados. El padre del intérprete de 22 años, Octavio Pérez, ha reconocido
este martes que su hijo portaba un arma, pero ha asegurado que el disparo que
recibió es de una bala con un calibre distinto al de la pistola del actor. En
entrevista con el presentador Gustavo Adolfo Infante, Pérez ha rechazado
tajantemente el informe de los investigadores que apunta a que el actor disparó
accidentalmente contra su cabeza en el momento de perder el control de su
camioneta.
La Fiscalía del Estado de México señala en el
informe pericial que Ocaña falleció por el tiro de una pistola calibre
.380 y que la trayectoria de la bala revela que el disparo ocurrió “a corta
distancia” desde el lado derecho de su cabeza. Pérez señala que el disparo que
mató a su hijo fue de un arma distinta, de calibre nueve milímetros. El padre
del actor apunta hacia los policías municipales de Cuautitlán Izcalli que le
persiguieron, como los responsables de las heridas de su hijo.
¿Su hijo llevaba un arma?— le cuestionó el
presentador a Pérez.
Honestamente, sí, pero él nunca traía cartucho
cortado— respondió el padre del actor.
Pérez ha explicado que su hijo tenía un arma
autorizada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y que él mismo se
la proporcionó “por la inseguridad que vivimos en este país”. Según el relato
de su padre, Ocaña se encontraba vigilando los negocios familiares en el Estado
de México y le había avisado que iba a salir a una comida al municipio de Villa
del Carbón. “Él siempre traía dos escoltas”, contó Pérez, sin embargo Ocaña
dejó a los guardaespaldas con su novia y salió con dos amigos de su padre.
Las identidades de los dos acompañantes del actor
siguen sin conocerse, aunque Pérez ha asegurado que ambos eran dos personas de
toda su confianza. El padre del actor ha contado que el lunes ambos fueron
liberados tras ser presionados por la policía para cambiar su testimonio sobre
el incidente. “A uno de ellos hasta ayer lo soltaron, yo le metí abogado para
que lo dejaran salir. Lo estuvieron golpeando para que se echara la culpa de
que él le había disparado a mi hijo”, relató Pérez.
En un primero momento la Fiscalía aseguró que los
policías no habían disparado contra la camioneta de Ocaña durante la
persecución y que la única detonación ocurrió desde dentro de la camioneta. Sin
embargo, los oficiales han admitido que realizaron al menos un disparo al
vehículo de Ocaña con la intención de frenar su huida, por lo que apuntaron a
las llantas del vehículo, según recoge de las declaraciones al Ministerio
Público el diario El Universal.
Pérez también ha rechazado que su hijo consumiera estupefacientes o alcohol en grandes cantidades. “Mi hijo no fumaba marihuana, no era un alcohólico que tomara dos días”, ha dicho. La Fiscalía sostiene que tras los exámenes toxicológicos al cuerpo de Ocaña se encontraron niveles de alcohol superiores a los permitidos para conducir y consumo de marihuana, y que en el vehículo la policía encontró tres latas de cerveza y una botella de tequila vacías. “Estoy muy dolido, muy destrozado”, ha rematado el padre del actor. Ocaña comenzó su carrera como actor a los cinco años como parte del elenco de la serie Vecinos, de Televisa, en la que interpretaba el papel de Benito Rivers, un niño que acudía obligado por su padre a audiciones actorales. El actor prácticamente creció frente a la pantalla de la mano del popular personaje que personificó durante 11 temporadas. Por Sonia Corona, EL PAÍS México