Más de
91.300 migrantes, en su mayoría haitianos, han atravesado este
año desde Colombia la peligrosa selva del Tapón del Darién hacia
Panamá con la esperanza de llegar a Estados Unidos, Canadá o México, según el
Servicio Nacional de Migración del país centroamericano. La cifra de los
primeros nueve meses triplica el récord anterior de 30.000 personas en la misma
ruta durante todo 2016.
"El cierre
de fronteras y la contracción económica por la pandemia del COVID-19 provocaron
un aumento de la migración irregular", explica Santiago
Paz, jefe de Misión de la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM) en Panamá.
Y añade
que "los migrantes caribeños y extrarregionales realizan la ravesía
en condiciones de extrema vulnerabilidad y están expuestos a riesgos a lo largo
de su ruta migratoria, particularmente en el cruce del Tapón del Darién en la
frontera entre Panamá y Colombia."
Entre enero y
septiembre de 2021, muchos de los 56.600 migrantes haitianos estaban
acompañados por niños nacidos durante su viaje migratorio. También llegan
migrantes de Cuba, hasta el momento cerca de 13.000; Venezuela, alrededor
de 1500; y decenas de países de Asia y África, como Bangladesh, Senegal,
Ghana, Uzbekistán, India y Nepal.
Más de un 40% proceden de Chile
Este movimiento migratorio se
ralentiza durante la temporada de lluvias, entre mayo y julio, pero las
cifras de este año muestran un aumento a pesar de la climatología, que
supone un riesgo adicional para los viajeros debido a la crecida de los
ríos.
Los migrantes suelen pasar por
países sudamericanos donde trabajan durante meses o incluso años. En una
encuesta realizada por la agencia de la ONU, entre 732 migrantes que
llegaron a las estaciones de recepción de migrantes cerca de la frontera con
Colombia, el 43% dijo que su país de residencia habitual era Chile, y el 20%,
Brasil. Sólo el 14% dijo que residía habitualmente en Haití.
Las cifras también revelan un
aumento en el número de migrantes de nacionalidad venezolana que llegan por la
ruta del Darién. En 2017 se registraron 66 venezolanos, pero entre enero y
septiembre de 2021 la cifra fue de 1529.
Aumenta la migración infantil
También
se evidencia un aumento en el número de menores que llegan a Panamá por la ruta del Darién. Mientras
que en 2017 los niños representaban el 2% del movimiento migratorio por la
frontera entre Colombia y Panamá, entre enero y septiembre de este año ya
representan el 20%.
"La respuesta a las necesidades de los migrantes que transitan irregularmente por Panamá plantea importantes retos relacionados principalmente con la financiación", dijo Paz. "En este sentido, es urgente redoblar la coordinación entre los gobiernos y la cooperación internacional para responder a las necesidades humanitarias de la población en tránsito".
En los últimos años, el gobierno
panameño ha creado una infraestructura física e institucional para albergar
temporalmente a la población en tránsito y atender las necesidades humanitarias
de esta creciente población migrante.
Con el apoyo técnico de la
Organización Internacional para las Migraciones y otras organizaciones
internacionales, Panamá ha instalado dos estaciones de recepción, donde
los migrantes encuentran alojamiento y comida, y donde se monitorean los
posibles casos de COVID-19.
Apoyo de la ONU
A través del apoyo técnico al
Gobierno de Panamá y de su presencia diaria en el terreno, la OIM ha
identificado las necesidades en la asistencia humanitaria que se presta en las
estaciones de Darién, incluyendo la protección de los grupos vulnerables, el
alojamiento, el agua y el saneamiento, y el acceso a la salud.
Esta Organización, junto con
otras agencias de la ONU y ONG internacionales, está haciendo esfuerzos para
complementar y mejorar la atención humanitaria proporcionada por el gobierno
panameño a los migrantes.
"La situación que enfrentan
los migrantes irregulares en tránsito en la región de América Latina y el Caribe
debe ser abordada desde un enfoque regional y no puede ser responsabilidad de
un solo país", dijo Paz.
"El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular recomienda la cooperación entre los Estados para responder de forma rápida y coherente a las necesidades de los migrantes en condiciones de vulnerabilidad, y esta necesidad de cooperación es especialmente evidente en el Darién."