El abogado
lleva un tiempo investigando algunas cuentas de Britney y ha asegurado que
tiene pruebas de mala conducta y posible “corrupción”, aunque dejó claro que
una vez finalice la tutela legal será competencia de los fiscales llevar a
Jamie ante la Justicia.
Antes, el padre
deberá entregar todas las cuentas de los últimos 13 años al nuevo tutor
temporal.
Precisamente por
eso, la abogada del progenitor quiso evitar el traspaso de poderes y pidió la
finalización inmediata de la tutela, sin margen para depurar responsabilidades.
El movimiento
fue un giro radical en la postura del padre, que hasta ahora había defendido
fervientemente la tutela legal a la que accedió en 2008 tras una etapa marcada
por el comportamiento errático de Britney, quien perdió la custodia de sus
hijos y encadenó crisis mentales.
Rosengart
cuestionó el sentido de esa decisión al describir a Jamie como un hombre
“alcohólico” y con problemas de adicción al juego.
“Britney Spears
ha sido abusada por este hombre durante la última década y desde su infancia”,
añadió.
El caso dio un
nuevo giro este fin de semana después de que el diario The New York Times
publicara un reportaje con declaraciones de personas que han trabajado para
Britney durante su tutela.
Entre los
testimonios más espinosos, un exempleado de seguridad afirmó que el progenitor
mandó colocar micrófonos en la casa de Britney e interceptar todas las llamadas
y mensajes, incluso las comunicaciones con su abogado e hijos.
Se desconoce si
la corte de California conocía estas prácticas, que en caso de haberse hecho
sin autorización de los tribunales pondría contra las cuerdas a su padre.
El apoyo
de los fans
A la salida Rosengart se dirigió a los seguidores de la cantante, congregados
en una manifestación que cortó las calles del centro de Los Ángeles.
“El movimiento
#FreeBritney ha sido fundamental”, afirmó.
La presión de
los fans para sacar a la luz detalles de la tutela legal comenzó en 2019,
después de que Briney se negara a seguir ofreciendo espectáculos en Las Vegas
(EE.UU.) e ingresara en una clínica de rehabilitación.
“Creían que
estábamos locos”, contó Dave, un joven de San Francisco que viajó hasta Los
Ángeles para seguir la vista judicial.
Chris, un
francés afincado en Arizona, se quedó a las puertas de entrar como público en
el juzgado: “He recorrido el mundo para ver a Britney en concierto desde niño,
tenía que estar aquí", destacó.
En cuanto
Rosengart hizo la señal de victoria, la manifestación se convirtió en una
fiesta. EFE