Me enteré con incredulidad, asombro y
consternación de la emisión de una orden de arresto en mi contra, en el
contexto de la investigación sobre el asesinato del presidente Jovenel Moïse.
Reto
formalmente, en los términos más vehementes, este impactante proceso judicial
que no se basa en ningún elemento fáctico. No hace falta decir que no
estoy directa o indirectamente vinculado a este crimen abyecto. Asociar mi
nombre a este expediente daña gravemente mi honor y equivale a sembrar
confusión en una investigación que debe realizarse con imparcialidad,
honestidad y profesionalismo.
De hecho, solo me he reunido una vez en mi vida, en Puerto Príncipe, en marzo de 2021, en el contexto de la preparación de una manifestación contra la extensión del mandato del presidente Jovenel Moïse, un hombre llamado Sanon. Este último me fue presentado por el pastor Gérard Forges Janvier y Gérald Bataille.
La conversación fue general, breve y centrada en la situación política del país. Estos son los tipos de intercambios banales y habituales que todo político o activista realiza a diario.
El Sr. Sanon mostró ambiciones presidenciales
que me parecieron sorprendentes y desconectadas de la realidad política
haitiana. Se detiene ahí. Nunca hubo más contacto con esta persona de
la que nunca había oído hablar antes, ni después de esta breve reunión en
marzo.
Figura de una
oposición moderada y democrática, he trabajado toda mi vida por la
consolidación del estado de derecho, la justicia social y la democracia en
Haití. Desde el advenimiento de la democracia en 1996 llevo desarrollando
mi acción política de manera pacífica y dentro del marco institucional. Sigo y
seguiré moviéndome por los mismos principios y valores democráticos que son los
únicos capaces de transformar Haití en un país próspero y estable respetuoso de
los derechos humanos.
Ahora no es el momento de dilatar tácticas, sino de acciones tranquilas respaldadas por hechos. Cualesquiera que sean los elementos que se pusieron en conocimiento del comisionado de gobierno Claude, fundando esta decisión de mandato, obviamente son fruto de una manipulación de la que corresponde a la justicia identificar a los responsables.
Por ello, insto al Comisionado a
levantar este mandato ilegítimo y realizar sus investigaciones con serenidad
para contribuir a la revelación de la verdad a la que tienen derecho la familia
del fallecido presidente Moïse y el país en su conjunto.
Paul Denis, exministro de Justicia, exsenador y actual coordinador de la plataforma Inifòs
Fuente: Le Nouvelliste