Las autoridades y parte del personal de las
entidades que componen el Sistema Penitenciario celebraron el décimo octavo
aniversario de la reforma penitenciaria del país, con varias actividades que
concluyeron con una ofrenda floral en el Altar de la Patria y una misa de
acción de gracias en la Catedral Primada de América.
Representantes
de la Procuraduría General de la República, la Escuela Nacional Penitenciaria,
el Modelo de Gestión Penitenciaria y la Dirección General de Prisiones
depositaron la ofrenda y presentaron las banderas institucionales a los padres
de la Patria, que descansan en el mausoleo.
El director del Centro de
Corrección y Rehabilitación para hombres Najayo XX, Vladimir Alberto González
Cabrera, pronunció un breve discurso en el que destacó los valores en los que
se sustenta la reforma, “que son los valores del personal que trabaja día a día
para devolver a la sociedad personas capaces de integrarse como entes
productivos”.
Posteriormente, los directores y
subdirectores de los recintos recitaron el lema del servidor penitenciario
La misa de
acción de gracias fue oficiada por el obispo de la Pastoral Penitenciaria,
monseñor Santiago Rodríguez, y el coordinador de la Pastoral Penitenciaria,
Fray Arístides Jiménez Richardson, con la participación de capellanes de los
distintos centros de corrección y rehabilitación (CCR), privados de libertad del
centro de Haras Nacionales, directores y subdirectores de centros, aspirantes a
agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciario y un coro de internos de los
complejos Rafey y Najayo.
“Como equipo, damos gracias a
Dios por estos 18 años, que han sido una especie de sacerdocio en el que el
perdón y el agradecimiento son fundamentales para el proceso de rehabilitación,
que se ha centrado en la reeducación de las personas privadas de libertad para
su reinserción social”, expuso en su homilía monseñor Rodríguez.
De su lado, Jonathan Baró,
procurador de corte y coordinador del Gabinete Penitenciario, en representación
de la procuradora general Miriam Germán Brito, reafirmó la disposición de
continuar las acciones de mejora en las condiciones logísticas y humanas para
todo el Sistema Penitenciario, tanto para colaboradores como para los internos.
El inicio de la reforma se
remonta al 30 de julio de 2003, momento en el que se creó la Escuela Nacional
Penitenciaria (ENAP), para formar al personal que posteriormente se integró a
la asistencia y el tratamiento de los privados de libertad en el Modelo de
Gestión Penitenciaria. Para entonces comenzó también la elaboración de los
protocolos que servirían de base para los programas de reinserción social y
laboral de los internos.
Tras 18 años, el sistema estrena
marco legal, con la entrada en vigor de la Ley 113-21, cuyos reglamentos están
en fase de redacción. Además, este aniversario encuentra al Sistema
Penitenciario con 44 recintos de privación de libertad que son gestionados por
directores egresados de la ENAP, más de 2,500 agentes de Asistencia y
Tratamiento trabajando en los 22 centros del Modelo de Gestión Penitenciaria y
más de 200 en proceso de formación en la citada academia especializada.
Las autoridades penitenciarias
mantienen fijados sus esfuerzos en la continuidad del proceso de transformación
del sistema, que ha de integrar todos los centros de privación de libertad del
país a los programas de tratamiento que en la actualidad rigen en el Modelo de
Gestión Penitenciaria.